Organizada por Aena Aeropuertos S.A.
Participaron: José Manuel Hesse Martín, Eugenio Domínguez Collado, José María Guillamón Viamonte, Javier Espelta Prieto y Eduardo Milanés de la Loma.
El transporte aéreo tiene una larga historia con diversos temas superados. Actualmente, el reto es la sostenibilidad de dicho transporte. Sin conectividad aérea la vida tal y como la conocemos no sería posible. Es más o menos responsable del 2-3% de las emisiones de CO2. en los últimos 40 años se han establecido compromisos en las 8 Cumbres Internacionales sobre el cambio climático, de las cuales destaca RIO+20 en 2012. Hay diversos programas como el SESAR o el Clean Sky (propuesto por la Unión Europea) para cumplir una serie de retos:
- Acciones para la sostenibilidad: aviones mas eficientes. La industria puede comprometerse a mejorarlo, como ha hecho a lo largo de la historia. Ya hay aviones del futuro en funcionamiento.
- Volar de forma inteligente: resulta ineludible desarrollar nuevos procedimientos operacionales para aumentar la capacidad de forma medioambientalmente sostenible, a un coste razonable y mejorando los actuales niveles de seguridad. Existen requerimientos medioambientales como la revisión de la navegación o la flexibilidad para volar todo tipo de trayectorias. Un ejemplo de esto sería realizar una aproximación directa a pista en vez de en escalones, al igual que el ascenso, disminuyendo así la acústica en la población cercana.
- Infraestructura terrestre: también tiene que apoyar. La idea es conseguir aeropuertos verdes, mediante el uso eficiente de energías, ya sea con energías renovables, con un uso racionalizado del agua y minimizando las emisiones de GEI.. también con el uso de vehículos eléctricos, la implantación de plantas de energía solar.
- Biocombustibles: son la pieza clave. Las fases de ensayo y la certificación ya están listas; las zonas de cultivo casi están y faltaría la producción masiva, las plantas de producción y las redes de distribución.
Debido a los diversos impactos producidos por el transporte aéreo y sus instalaciones, la Red Aena tiene distintos planes para evitar o disminuir dichos impactos, como el plan de aislamiento acústico por la elevada población cercana al aeropuerto, la protección del agua, la conservación del suelo, etc. El impacto principal que se dio en Barajas fue la desviación del río Jarama, pero actualmente ha recuperado su vegetación. En el Prat, ciertos despegues se realizan hacia el mar para luego pasar por la ciudad a una determinada altura sin molestar a la población. En Bilbao se utiliza por primera vez la nueva métrica para disminuir el impacto acústico.
La principal razón del uso de energías renovables se debe al incremento de las emisiones de GEI en la atmósfera. Hay varias estrategias, como el modelo de autoconsumo global, la generación de energía dentro del aeropuerto, el uso de agua más renovable, almacenes de H2, integrar vehículos eléctricos en el aeropuerto… Los aeropuertos están preparados para adoptar las energías renovables. El modelo de autoconsumo es perfecto para ellos y los aeropuertos serán cada vez más eficientes y sostenibles.
Está el impulsor normativo que se rige por las leyes y el voluntario como la huella de carbono que es un inventario de gases GEI y su gestión ofrece a la red de aeropuertos de Aena varias oportunidades (mejora de imagen, reducir las emisiones de CO2, etc). El objetivo principal de la verificación de la huella es proporcionar la seguridad de que la información recogida es fiable y representativa de las emisiones en el aeropuerto. El programa de acreditación de carbono “Airport Carbon Acreditation” proporciona un marco para la gestión de emisiones de CO2 y permite el reconocimiento público por ello. Para cada uno de los 4 niveles de acreditación establecidos, los aeropuertos deben presentar evidencias de determinadas actuaciones, que son auditadas y verificadas.
María del Carmen Nebot Jiménez
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