jueves, 29 de noviembre de 2012

Contaminación odorífera (GT-6)

Los malos olores causados por actividades tales como explotaciones de ganado, actividades industriales, depuradoras, vertederos… se entienden como un tipo de contaminación ambiental debido a que, aunque los olores no lleguen a ser tóxicos, pueden llegar a provocar malestar, molestias respiratorias, alteraciones psicológicas y otro tipo de patologías. Esto es lo que se denomina contaminación odorífera y en las siguientes líneas se resumen técnicas de estudio, problemáticas y legislación vigente para combatir este tipo de contaminación. 


Existen varias técnicas, unas más desarrolladas que otras, para detectar tanto los tipos de olor como los niveles a partir de los cuales éstos son perceptibles por el ser humano. El objetivo final de éstas, es controlar de algún modo la emisión de partículas odoríferas al medio ambiente que puedan ocasionar algún tipo de molestia o efecto negativo en la salud de las personas. 

Actualmente se estudian técnicas de detección físico químicas (que proporcionan información acerca de las moléculas odoríferas) como los dispositivos de captación y concentración por absorción de moléculas odoríferas, y las olfatométricas (aquellas que distinguen tipos de olor). Estas últimas son de gran importancia dada la cantidad de información que pueden aportar. Destacan entre ellas los sensores específicos del Sulfuro de Hidrógeno y las llamadas Narices Electrónicas, basadas totalmente en el funcionamiento del sistema olfativo humano y con la diferencia del acoplamiento de sensores de gas. Son aparatos de medición que han de ser entrenados o calibrados mediante la exposición a diferentes tipos de moléculas. Pueden ser utilizados para estudios de zonas expuestas a posibles olores fuertes, ya que permiten el seguimiento continuo de estos.

Para realizar un correcto análisis olfatométrico, es necesario determinar y tener en cuenta además la topografía de la zona, distancia hasta el perceptor, interacciones entre sustancias odorantes, sensibilidad al olor (dependiente del individuo) y la dispersión atmosférica general. Algunos autores utilizan la denominada pirámide de olor FIDO, (Frecuencia, intensidad, duración y ofensividad) para clasificar los factores influyentes según su importancia en la generación y percepción del olor.


La técnica de la olfatometría es un concepto recogido en la norma UNE-EN 13725, a nivel europeo pero hoy en día en España no existen ninguna normativa con rango de ley que pueda legislar esta temática, lo cual a veces puede ser un problema grave. 

En cuanto a las estrategias adoptadas por las diferentes industrias o entidades generadoras de este tipo de contaminación, como depuradoras de aguas residuales, mataderos, almazaras, instalaciones de secado de cueros, de pescado, obtención de levaduras prensadas o en polvo… son destacables las preventivas (por ejemplo, la adición de oxidantes a la red de saneamiento para evitar la proliferación de olores desagradables) y curativas (utilizadas en el tratamiento de los malos olores en las estaciones depuradoras de aguas residuales) tales como el lavado químico, la adsorción en carbono activo y la oxidación térmica. 

También merecen una mención aparte los olores generados en los vertederos y como se combaten estos. Frente a este problema, se toman una serie de medidas como almacenar los subproductos animales en contenedores cerrados, retirada diaria de los contenedores, instalación de desagües con filtros y rejillas para evitar que entre el material sólido en la fase líquida, recogida en tolva cerrada de los subproductos, etc. 

Muchas veces, la idea de tomar medidas se ve ralentizada y a veces rechazada dada la confrontación que pueda existir a nivel municipal, autonómico o local que dificulta el ámbito legal de aplicación de responsabilidades en el asunto. 

En los vertederos de residuos sólidos urbanos hay que tener en cuenta una serie de documentos normativos para poder efectuar los depósitos. Algunos de ellos son las acreditaciones según la norma UNE-EN ISO 17025 y los límites, que generalmente se establecen para las zonas residenciales de afección. 

Las zonas afectadas por los malos olores procedentes de una determinada instalación deberán presentar su queja a través de un formulario establecido y la Dirección o el Responsable de la instalación seguirá una serie de pasos para la tramitación de esta tales como: 

- Ejecución de un estudio previo donde se repartirán encuestas a la población afectada. 

- Identificación de la fuente generadora de olores. 

- Diseño de la campaña de muestreo. 

- Toma de muestras y análisis de estas. 

- Cálculo de las emisiones de olor de cada fuente 

- Evaluación del impacto ocasionado en el entorno de las instalaciones 

- Conclusiones, recomendaciones y propuesta de soluciones. 

Una de las posibles medidas correctoras que en este caso se podrían aplicar en vertederos sería la realización de un correcto sellado formado por la compactación del rechazo del residuo. 

En cuanto a la legislación, hay que recalcar que a pesar de no existir legislación básica del Estado que regule esto, las distintas autonomías han ido incorporando en las distintas resoluciones de autorizaciones ambientales integradas (documento necesario para realizar cualquier actividad que conlleve un riesgo para el medio ambiente) la necesidad de la realización de al menos un estudio de olores, o prever su realización ante las posibles denuncias de los ciudadanos. 

También se define como regla general que el estudio de olores, se realizará de acuerdo con la norma UNE-EN 13725, estableciendo como límite en las zonas residenciales de afección, el percentil 98 de las medias horarias a lo largo de un año. 

Y por último, si bien existe una norma española (UNE-EN 13725) que determina como se debe realizar la medición en los focos contaminantes de emisión, no existe norma para la realización de la medición en inmisión, que es al final el valor al que se tiene que dar conformidad en un estudio de este tipo, y por lo tanto, la determinación del valor en inmisión se debe realizar mediante un modelo de dispersión matemático, dando lugar a estimaciones que se utilizarán como referencia.

Mª Elena Mayor Berzal
Paula del Villar Santamaría

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