El medio ambiente tiene que formar parte del sistema económico de un país y para ello hay que configurar el desarrollo como un modelo de crecimiento sostenible. Las empresas tienen presupuestos donde se recogen los gastos y beneficios económicos, pero cada vez más se plantean hacer presupuestos “naturales”. Estos presupuestos se realizan también en diversos países y comunidades autónomas como es el caso de Navarra. Este método sirve para internalizar los costes ambientales dentro de las políticas económicas, cumpliendo con los criterios básicos de sostenibilidad. En todo esto hay que tener en cuenta que la dimensión de la economía sostenible tiene varias escalas pasando por internacional, nacional, autonómica hasta llegar a local y es importante tener en cuenta a todas ellas.
Para poder desarrollar un crecimiento sostenible se tiene que tener en cuenta varios agentes como los consumidores, las empresas y el sector público, y varios campos y sectores de aplicación. Uno de los sectores más importantes en este crecimiento es la agricultura y uno de los puntos clave dentro de ella es el recurso hídrico. Este es un bien escaso sobre el que hay que tomar medidas para posibilitar el mantenimiento de su cantidad y calidad. En España el recurso hídrico es un bien muy barato tanto para el uso domestico, como agrícola. Esto hace que su consumo sostenible sea dificultoso colocando a la agricultura en un punto clave para el uso sostenible de este recurso vital para el ser humano.
El desarrollo sostenible apareció por primera vez en 1987 en el informe Brutland. Desde entonces el concepto ha extendiéndose y adaptándose hasta llegar al momento actual donde se le considera un movimiento globalizado. Este desarrollo esta basado en tres pilares: la ecología, la economía y la sociedad. De ellos depende el buen funcionamiento de este crecimiento, ya que hay que considerar a los tres igual de importantes sin priorizar un sobre otro. Para realizar un crecimiento sostenible hay que considerar el medio ambiente como un problema internacional que afecta al desarrollo y crecimiento económicos, y que debe atajarse con estrategias económicas, políticas y sociales desarrolladas globalmente.
Los países desarrollados han generado la mayoría de problemas y daños ambientales y para evitar y remediar esta situación tiene que tomar medidas muchas de ellas drásticas como reducir sus emisiones o minimizar su huella ecológica. Lo que no es factible es pedir a los países en vías de desarrollo que carguen con este problema y reduzcan su nivel de crecimiento ya que esto no hará otra cosa que aumentar las ya patentes grandes desigualdades entre países desarrollados y países en vías de desarrollo. Por todo esto hay que considerar el medio ambiente como un problema global que influye en el desarrollo de los países y que solo puede mantenerse con el compromiso de todos los países mediante políticas internacionales.
Como conclusión decir que en el tema del crecimiento sostenible a nivel global, sobre todo desde la Cumbre de Río 92 se han realizado muchas promesas, se han tomado muchos compromisos pero la realidad es que los resultados son bastantes escasos.
Laura Rodríguez Ríos
Ana Isabel Cabrera
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