La sesión que ofreció Greenpeace fue llevada a cabo en su práctica totalidad por José Luis García Ortega, Coordinador del Área de Energía de dicha organización. A pesar de ser esta persona la única que exponía y respondía a las preguntas fue una ponencia muy dinámica, pues para organizarla se colgaron diferentes temáticas a tratar en Twitter para que la gente votara. Otras personas de la sala, pertenecientes también a Greenpeace, se encargaban de revisar las votaciones con un móvil o un portátil y de transmitir en tiempo real al ponente aquellos temas más votados, que serían los que se tratarían en el poco tiempo del que se dispuso.
Algunos de estos temas eran “¿Cómo se pueden obtener los mejores servicios energéticos a menor coste y con menores necesidades de territorio y financiación?”, “¿Cómo usar las energías renovables para mover vehículos, climatizar edificios o hacer funcionar las fábricas?” o “¿Tienen razón los que consideran imposible cubrir el 100% de las necesidades energéticas con energías renovables?”.
Pero hablando concretamente de Energía 3.0, pues muchos se preguntarán: ¿qué es eso exactamente?
Energía 3.0 es un modelo de desarrollo energético elaborado por Greenpeace que aglutina inteligencia energética, eficiencia, gestión de la demanda y energía 100% renovable, cosas de las cuales adolece nuestro sistema energético actual. Todo ello con el objetivo de buscar una solución al problema que tantos quebraderos de cabeza ha dado, da y dará: ¿Cómo satisfacer exclusivamente con energías renovables las necesidades energéticas actuales?
Algo ambicioso según ellos mismos reconocen, pues afecta a todos los sectores posibles (transporte, industria, edificación, primario, etc), pero no por ello inalcanzable.
En cuanto a la inteligencia de sector energético antes comentada, un término que puede ser ambiguo, aclarar que se debe entender como inteligente aquel modelo de negocio energético que asocia los beneficios económicos a la eficiencia y el ahorro energético y no al despilfarro. En este modelo el ente consumidor, por ejemplo edificios o vehículos, intercambiarían energía con el sistema eléctrico, de manera que la producción es mucho más eficiente. Se da una transformación de consumidor pasivo a activo.
Se hizo hincapié en el hecho de que al ritmo al que se están introduciendo actualmente las energías renovables en el sector energético será imposible evitar el desastre climático, por ello claman la necesidad de un cambio sustancial que propicie una rápida integración de este tipo de energías, denominado técnicamente cambio en escalón.
Hay que destacar que Energía 3.0 pretende reducir las emisiones a cero y producir un 80% menos de energía a través de la mejora en eficiencia, con el consiguiente ahorro de más de 200.000.000.000 € que esto conllevaría. El momento en el que se ha previsto la consecución de estos objetivos para su modelo es el 2050, pero huelga decir que cuanto antes se de el cambio mayores serán los beneficios ambientales y el ahorro planteado.
Otro de los temas a tratar fue la interrogante sobre si los vehículos eléctricos son la solución al transporte del futuro. En este aspecto el ponente fue claro: no son la solución pero sin duda son parte de ella. En cuanto al uso ideal de este tipo de vehículos el modelo incluye, entre sus principales puntos, el hecho de que la movilidad se reduzca gracias al teletrabajo y la planificación, la movilidad compartida junto a un transporte colectivo mayoritario con vehículos de distintos tamaños y la intermodalidad, es decir, que cada vehículo se destine al fin que más se adecue a su diseño.
Para solventar el tema del avión, un vehículo que difícilmente se puede hacer funcionar con energía eléctrica, se aboga por dejar este tipo de transporte para los trayectos especialmente largos, tales como los transoceánicos, y que en este caso el aparto se abastezca de biocombustibles.
En repetidas ocasiones se habló del problema de los oligopolios a la hora de virar hacia un escenario que permitiera el desarrollo de modelos como el Energía 3.0, a cuento también a raíz de la reciente emisión de un conocido programa de La Sexta que ha generado un gran revuelo al poner de manifiesto el claro negocio que le supone a unos pocos el modelo energético actual. En este aspecto el ponente volvió a ser tajante cuando aseguró que se debe terminar con los oligopolios eliminando toda subvención a las “energías sucias” y haciendo que compitan entre ellos para sobrevivir de manera que solo queden los mejores, competencia la cual hará que mejoren la eficiencia y por tanto el coste de la energía. Tras esto deben ser aislados para que los distribuidores sean otros. El gran problema, afirmaba José Luis García Ortega, es que ningún gobierno se atreve a hincarle el diente al problema de los oligopolios.
Juan Carlos Jorquera Alfaro
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