martes, 23 de noviembre de 2010

Informe Cambio Global en España 2020/50 (AE-8)

El informe considera la energía como centro de problemas y soluciones. Desde la oferta y la demanda se ha pretendido plantear un escenario energético deseable con cambios en edificación, urbanismo y transporte. 

Este escenario se basará en un modelo energético sostenible con políticas públicas y sociales para el cambio. Inseguridad de suministro, insostenibilidad ambiental e inequidad social es la situación actual de la que partimos, agravada en España por el crecimiento urbanístico y la crisis del sector. 

Desde la Agencia Internacional de la Energía se piden soluciones reales para la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, principal problema creado por el crecimiento del consumo energético. 

El escenario propuesto sigue la metodología Backcasting que se basa en pensar en el objetivo que se quiere alcanzar y poner los medios necesarios para ello. Así, el informe recoge propuestas concretas para la situación de España como una reducción de emisiones de un 30% para 2020 y de un 50% para 2030. En un intento por ser realistas, no se han fijado metas para 2050 dado que se piensa que habrá innovaciones tecnológicas que cambien el modelo. 

En cuanto a las edificación, se apuesta por rehabilitar vivienda ya construida e incluso remodelar barrios enteros antes de plantear nuevas construcciones, todo esto con el fin de reducir el consumo energético. 

En lo que refiere a transporte, además de mejorar su eficiencia, bajar el parque de vehículos o aplanar horas puntas; propone un cambio modal en el transporte de mercancías a larga distancia recuperando el uso del ferrocarril. 

El informe considera otro punto básico: Políticas para el cambio. La sociedad está desinformada y lo que se necesita, para poder cumplir estos objetivos, es una implicación total y entendimiento del problema mediante políticas educativas (primera medida a tomar por la lentitud en que se verán sus resultados). 

También habla de políticas tecnológicas y estrategias energéticas pero todas estas propuestas no funcionarán si no hay un marco institucional estable y un esfuerzo a nivel internacional. 

Como conclusión puede decirse que este escenario no es una utopía, siendo conscientes de que no se puede prescindir de la energía, es necesario cambiar tanto la producción como el uso de la misma.

María Eugenia Gete Hernández
Beatriz López Domínguez

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