Con el nuevo marco normativo establecido en la
Ley
22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados el orden de
prioridad en la gestión de residuos queda definida de la siguiente manera: en
primer lugar permanece la prevención, seguidamente la reutilización y el
reciclado, después la valorización (donde se incluye la valorización energética
de residuos) y por último la eliminación de residuos mediante la retirada a
vertedero. De esta forma, la retirada a vertedero constituye la única opción
para aquellos residuos que ya han agotado sus posibilidades de gestión. Sin
embargo, en España la eliminación de residuos a vertedero constituye el método
de gestión de residuos más utilizado.
Con objeto de analizar esta situación se
enmarca la Sesión Técnica 9, dedicada a la valoración energética de residuos
como solución para el aprovechamiento energético de aquellos residuos que no
puedan ser reutilizados o reciclados y como alternativa al retirada a vertedero.
La Sesión Técnica comenzó con la intervención
de José María Baldasano (Catedrático Universidad Politécnica de Cataluña), que
describió la situación actual de la gestión de residuos en España, aportando datos
relativos dicha gestión frente a otros países europeos y sus tasas de vertido. En
su opinión, el principal obstáculo de la valoración energética de residuos consiste
en que las plantas dedicadas a la valoración energética están sometidas a unas
de las restricciones en emisiones atmosféricas más altas de todas las
instalaciones ambientales. Asimismo, aunque las emisiones atmosféricas de estas
instalaciones estén controladas la contaminación puede ser considerable si su ubicación
está próxima a los núcleos de población donde la contaminación por nitratos y
partículas emitidas por los vehículos diesel es significativa.
Seguidamente, Jordi Gallego (Presidente del
foro para la generación de energía a partir de residuos. FGER) señaló que la
valoración energética es una alternativa real para cumplir con los objetivos de
retirada a vertedero establecidos en la normativa vigente.
Por su parte, Alejandro Terriza Torres
(SIGROB) durante su participación describió el proceso de biometización de
residuos orgánicos. Dicho proceso permite obtener biogás a partir del reciclado
de la fracción fermentable de los residuos orgánicos producidos en las
viviendas y comercios. En la actualidad este procedimiento se está llevando a
cabo en comercios, el único obstáculo existente para su extensión al resto de
residuos originados es que precisa de una recogida selectiva por parte
operador.
A continuación, Ángel Fernández Homar
(AEVERSU) advirtió que España, en comparación con otros países de la Unión
Europea, carece de las instalaciones de valoración energética suficientes como
para cumplir con los objetivos establecidos en la normativa de retirada a
vertedero. Asimismo, explicó que la valoración energética es el único sistema
de gestión de residuos al que se le exige unos requerimientos de eficiencia
mínimos para ser considerada como un procedimiento de valoración y no de
eliminación. A este coeficiente de eficiencia se le denomina R1 y depende de
los siguientes factores: proximidad a la fuente de suministro (factor no
considerado en la ecuación de eficiencia establecida en la normativa), la
latitud a la que se encuentre la planta también influye en los valores de
eficiencia y por último las operaciones de valoraciones energética que generan
energía calorífica son más eficientes que las que generan energía eléctrica.
Sheila Rodríguez del Moral (Secretaria General
de la Asociación Española de Gestores de Biomasas de Madera Recuperadas.
ASERMA) en su intervención señaló que actualmente no existe un mercado en
España para los Combustibles Sólidos Recuperados (en adelante CSR) y que por
tanto se está perdiendo una importante oportunidad de negocio para las
empresas. Si se otorgara el fin de condición de residuo para los CSR sería un
importante avance para conseguir una salida rentable para esta clase residuos.
Los CSR son obtenidos a partir del reciclado de la fracción biodegradable de
los residuos urbanos, industriales y agrícolas.
Dimas Vallina García (Fundación CEMA) destaca
que el proceso de valorización energética está avalado a nivel internacional
por el sector industrial y por expertos en la materia. No obstante, la
percepción social negativa de la valoración energética es lo que dificulta su
proliferación a nivel nacional.
Ignacio Saz Madroño (URBASER), en su
participación indica que la valorización energética no pretende competir con la
reutilización o el reciclaje de residuos sino con su eliminación en vertedero.
En cuanto a las emisiones de dioxinas y furanos que se emiten en el proceso de
combustión, mantiene que la normativa sectorial aplicable es muy estricta y que
únicamente salen al exterior un porcentaje mínimo.
Acto seguido intervino desde el público Daniel
López Marijuán (Ecologistas en Acción) quién expuso los aspectos negativos de
la valoración energética:
- Se trata de un proceso que no cierra el ciclo de residuos y como tal se obtienen unas escorias que a veces están constituidas por materiales tóxicos. Por tanto, se trata de un proceso lineal que genera otros residuos y emisiones a la atmósfera.
- Carece de una percepción social positiva porque difiere del modelo de gestión óptimo para los residuos.
- Las emisiones de dioxinas y furanos que se generan durante el proceso de incineración, aunque no rebasen los límites definidos en la normativa contribuyen al deterioro de salud pública. Además, como cualquier otro proceso de combustión implica la emisión de gases de efecto invernadero.
David Gimare. Técnico de la Asociación de Ciencias Ambientales. @DavidGimare
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