lunes, 3 de diciembre de 2012

Perspectivas en el desarrollo y financiación de la ley de residuos (II) (ST-7)

[Esta jornada es una continuación de la ST-6 celebrada por la mañana].

La Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados tiene entre sus objetivos modernizar el régimen jurídico de la producción y gestión de los residuos en base a la experiencia adquirida y adaptándose a las medidas de liberalización y simplificación administrativa derivadas de la “Directiva de servicios” Directiva Europea 2006/123/CE (transpuesta a nuestro ordenamiento jurídico a través de las leyes denominadas “Paraguas” y “Ómnibus” y sus reglamentos, incluido el Real Decreto 367/2010, de 26 de marzo, de modificación de diversos reglamentos del área de medio ambiente para su adaptación a la Ley 17/2009, de 23 de noviembre, sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio, y a la Ley 25/2009, de 22 de diciembre, de modificación de diversas leyes para su adaptación a la Ley de libre acceso a actividades de servicios y su ejercicio de modificación de diversos reglamentos ambientales). Esto ha generado que a pesar de que se conservan algunas autorizaciones existen muchos trámites que se someten a comunicación previa.

Durante esta Sesión Técnica se analizó la manera de articular mecanismos de inspección y control de mercado que permitiesen asegurar que todos los productos que se comercializan en nuestro país cumplan la normativa y el principio de “responsabilidad ampliada del productor del producto”, es decir, el productor de un producto que con su uso se convierte en residuo, queda involucrado en la prevención y en la organización de la gestión de los mismos, promoviéndose la reutilización, el reciclado y la valorización de residuos (ya sea a través de sistemas individuales o colectivos de responsabilidad ampliada).

Una de las principales problemáticas que posee tanto la aplicación de los objetivos establecidos en la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, en el que participan, con distintas responsabilidades, diferentes administraciones y agentes, es la financiación de todo el sistema propuesto. Situación que se agrava con la situación económica actual. En este sentido, la Sesión Técnica pretendía abrir el debate sobre cómo pueden adecuarse las instalaciones y sistemas actuales a los nuevos requerimientos de dicha Ley, la problemática de la falta de inversión pública necesaria para afrontar todos los cambios y cuál podría ser el modelo de financiación en la gestión de residuos.

Primera mesa de la ST-7

Con objeto de desarrollar y discutir los aspectos establecidos en esta Sesión Técnica se definieron dos mesas de debate consecutivas. La primera de ellas tenía el título de: Inspección y control del cumplimiento de la normativa. Retos y oportunidades. La mesa estaba formada por: José Enrique Rodríguez Herrerías (Jefe del Área de Seguridad Industrial Subdirección General de Calidad y Seguridad Industrial. Ministerio de Industria, Energía y Turismo), Josep María Tost i Borràs (Director de la Agencia de Residuos de Cataluña), Ana Navarro de Luna (Teniente de Alcalde Delegada del Área de Gobierno Medio Ambiente y Sostenibilidad. Ayuntamiento de Málaga), Alfonso Gamboa Ramos (Dirección de Calidad y Medio Ambiente. Dragados S.A) y Daniel López Marijuan (Responsable del área de residuos de Ecologistas en Acción).

Durante su intervención, José Enrique Rodríguez Herrerías señaló la importancia de realizar un adecuado desarrollo normativo de la nueva normativa de residuos que permitiese la identificación dentro de la administración pública de los distintos departamentos encargados de la fiscalización e inspección de la legislación de residuos. Aspecto fundamental para que la asignación de responsabilidades privadas funcione de manera ágil y rápida. Asimismo, subraya la necesidad de avanzar hacia un "pragmatismo normativo" en materia de residuos fijando objetivos factibles para las empresas.

Por su parte, Josep Maria Tost i Borras, apuntó que es necesaria una adecuada coordinación y colaboración entre los distintos organismos públicos encargados de la fiscalización en materia de residuos: seprona, agentes rurales, plataformas sociales, etc. para que la inspección funcione de manera óptima. En ese sentido, Alfonso Gamboa advirtió que la inspección que se está llevando cabo en materia residuos es insuficiente y en la mayoría de los casos no alcanza a todas las empresas dedicadas al sector, para resolver esta situación propuso la elaboración de planes específicos de inspección de ámbito nacional que aseguren el cumplimiento de la normativa. En su opinión, la inspección en materia de residuos además de punitiva y coercitiva debería ser formativa y preventiva.

En su intervención Daniel López Marijuan manifestó que no se están cumpliendo los objetivos en materia de gestión de residuos, ni en porcentaje de retirada a vertedero ni en reciclado y reutilización. A este respecto, señala las limitaciones de los Sistemas Integrados de Gestión derivados de su ineficiencia en los procesos de separación y transformación de residuos. En su opinión, el Sistema de Depósito Devolución y Retorno debería tener carácter obligatorio para algunas tipologías de residuos. Además, indica que la falta de lealtad institucional existente entre las Comunidades Autónomas y la Administración Central es una de las principales causas de la ineficacia de la inspección en materia de residuos.

Segunda mesa ST-7

A continuación se abrió la segunda de las mesas de debate previstas en esta Sesión Técnica con el título: Financiación de la gestión de residuos ante el nuevo marco normativo. Límites y oportunidades. En ella participaron: Margarita Ruiz Sáiz-Aja (Subdirectora General Adjunta de Residuos. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), Agustín Barahona Martín (Jefe del Servicio de Control de la Gestión de los Residuos. Junta de Castilla y León), Alba Cabañas Varales (Vicepresidente Comisión Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente. CEOE), Ignasi Puig (ENT Medio Ambiente y Gestión) y Miryam Sánchez Porcel (FEMP).

Durante el debate se puso de manifiesto que el sistema de gestión de residuos más usado es aquel que supone un menor coste económico a la empresa que lo desarrolla y que, en la mayoría de los casos, no es el más adecuado desde punto de vista ambiental. Con el fin de aunar los objetivos ambientales y económicos se debería constituirse un régimen de tasas que grave aquellas actuaciones con una repercusión ambiental negativa como la retirada a vertedero o la valoración energética, a la vez que se favorecen mediante incentivos económicos las operaciones de reutilización y reciclaje de residuos. A este respecto se recomienda la creación de un mercado subvencionado para los productos reciclados para que las empresas que se dedican a este sector puedan vender sus productos de forma rentable.


David Gimare. Técnico de la Asociación de Ciencias Ambientales. @DavidGimare

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