En la Red de ciudades por la bicicleta se conocieron los siguientes datos de interés:
• Más de 20 millones de españoles tienen bicicleta.
• Más de 15 millones de españoles usa la bicicleta con alguna frecuencia, asociándola sobretodo al bienestar físico.
• La bicicleta más común sigue siendo la BTT, pero aumentan las urbanas.
• Más de 2,5 millones de españoles van en bicicleta cada día o casi cada día.
• Un 30% de los ciclistas circula siempre o casi siempre por la calzada.
• Uno de cada cinco usuarios ha sufrido el robo de su bicicleta alguna vez.
• El 90% de los encuestados apoya que las administraciones fomenten la bicicleta.
A su vez, del análisis del proyecto de investigación PROBICI se destaca que:
• Las ciudades españolas están reconsiderando la bicicleta como medio de transporte, aunque aún se encuentra lejos de la situación en otras ciudades europeas, más evolucionadas en este tema.
• En algunas urbes su uso deja de ser anecdótico gracias al sistema de bicicleta pública.
• Inexistencia de estadísticas del uso de la bicicleta en la mayoría de ciudades.
• No incorporación de ordenanzas públicas.
• La promoción de este medio de transporte se suele centrar en los carriles bici. Estos carriles bici no son tan necesarios como se dice. Habría que fomentar otras medidas.
• Las claves para fomentar el uso en los ayuntamientos son: acuerdo de grupos políticos, colaboración con grupos de usuarios, integración de la bici en los planes de movilidad general, coordinación en planes de promoción, etc.
¿Que lugar debe ocupar la bicicleta en las ciudades y por qué se tiene que tener en cuenta en la movilidad de la ciudad?
Desde el punto de vista de los ayuntamientos, se tiene que considerar la bicicleta como un medio de transporte, que las ciudades promuevan por su nula emisión de CO2, y se ha de apostar por un uso más racional del coche de uso privado. La bicicleta es uno de los vértices a desarrollar en la políticas de sostenibilidad.
Sevilla se centra en la recuperación del casco histórico de la ciudad, favoreciendo a los peatones. Tiene que ir acompañada de infraestructuras adecuadas para que se pueda desarrollar este proyecto, adaptándose a las características de las distintas ciudades, como su morfología.
Hay que ser conscientes de que el uso de la bici tiene un peso muy específico. Sabemos que es un medio muy útil en distancias muy concretas pero tiene sus limitaciones, por lo que hay que ser razonables en cuanto a infraestructuras que se han de llevar a cabo.
Es necesaria la combinación del transporte público con la bicicleta mediante el uso de abonos que combinen ambas alternativas y faciliten el uso de la bicicleta, ya que es mayor en la zona metropolitana.
Además, el uso de la bicicleta se puede considerar como una pequeña medida anticrisis, por el ahorro en combustible y en dinero al adquirir este medio. Si pensamos en la ciudad en la que nos gustaría vivir, hay que tener claro el papel que juega la bici en una ciudad habitable. Hay que plantearse que pasa con las ciudades donde no se les deja un espacio, como en la ciudad de Madrid. ¿Qué es más importante, gestionar o transformar? El epicentro de la nueva política tiene que ser la transformación, que se ha de apoyar en políticas de fomento.
La bicicleta requiere un plan (normativa), apoyo político, social y económico, pero sobre todo liderazgo.
Por otra parte, desde el punto de vista de los usuarios de la bicicleta, se considera que ésta tiene un estigma: bajo estatus social. Los jóvenes desean llegar a la mayoría de edad para sacarse el carnet de conducir, no para usar la bicicleta. Hay que darle un estatus para reconsiderar el valor de la bicicleta en la ciudad.
Se necesita que el transporte público se ponga a disposición del peatón y de la bicicleta. Se requiere de una oficina de la bicicleta no virtual, si no presencial, para escuchar las quejas y sugerencias de los ciudadanos y usuarios. Sería importante la promoción del turismo en bicicleta.
Nuria Andreu Fernández
Angélica Fernández Torres
Luis Díaz Rentero
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